martes, 16 de enero de 2007

Mensajes electrónicos de Miguel Sales, sobre el caso Pavón

Hola Duanel,

he seguido con interés -sobre todo por lo que tiene de síndrome de Estocolmo tropical- el debate sobre la resurrección televisiva de los subcensores del castrismo. No he querido intervenir porque, entre otras razones, vosotros lo habéis hecho mejor que yo y con más conocimiento de causa. Pero quiero felicitarte, con transferencia a Jorge Luis y a Prats, por la nitidez con que habéis fijado una postura tan honrada como necesaria. En un asunto así, el silencio y las medias tintas sólo benefician al tardocastrismo, empeñado ahora en normalizar la sucesión dinástica en el más puro estilo norcoreano.

Aseguraba Milosz que en un régimen comunista no hay accidentes, sino sólo síntomas. Esta resurrección es uno. Más allá, el debate pone de relieve que el empeño de pensar y desmontar la realidad cubana con los instrumentos intelectuales del propio sistema está condenado al fracaso. Por eso los intelectuales "revolucionarios" dan vueltas y más vueltas en torno a las categorías sacrosantas -patria, revolución, imperialismo, soberanía, anexión y otras entelequias- cuyo manoseo sólo sirve para consolidar el dominio del partido único y el comandante ídem. Y el comisario político tiene siempre la última palabra.

Para romper con la inercia mental del progresismo, lo primero y más necesario es mirar a la Esfinge en los ojos y no entretenerse en contarle los pelos del rabo (Unamuno dixit). Pero ese es un ejercicio peligroso para los de acullá e incómodo para los que acá prefieren siguen acariciando la cadena porque en el fondo añoran el pesebre y la consigna.

Abrazos

Miguel Sales

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pues sí, Miguel, este debate no es que vaya a cambiar nada en Cuba, pero ayuda a fijar posiciones. mucho me temo que ahora que el Gran Cucarachón está moribundo o muerto, todo seguirá igual allá, Raúl abrirá un poco la cosa en lo económico y lo demás seguirá más o menos igual. pero te animo a que tú tambiés publiques tus relfexiones, pues aunque desde este lado la mayoría está de nuestra parte (también Juan Abreu se ha pronunciado firmemente en su blog y Armengol en el suyo), hay quien cree que le estamos exigiendo a los de Cuba que se inmolen o algo por el estilo. o piensan que uno no tiene legitimidad para hablar desde este lado del charco. un abrazo, d.

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Mi pronóstico es que ni siquiera habrá mucha apertura económica. La aplicación del "modelo chino" es inviable -por peligrosa para la nomenklatura- y sólo sirve para marear indirectamente la perdiz, por ahora. Además, están reconfortados por el giro populista del continente, el petróleo del "mulatico cantor" (como le llamaba Fifo) y la perspectiva de un triunfo demócrata en USA en 2008, con el subsiguiente fin del embargo.

Otrosí: yo no pude hablar mucho en esa época porque estaba en la cárcel (hasta 1978) y la leña allí no era metáfora. Pero publiqué fuera la primera antología de poesía del presidio (Desde las rejas, Editorial Universal, Miami, 1976) y algunos artículos de prensa, sacados con dificultad de La Cabaña y el Combinado del Este. Por eso me repatea que algunos pidan silencio (un minuto o un siglo, tanto monta) en respuesta a lo que ocurre.

No creo que hoy en día chillar un poco en Cuba conduzca a la inmolación. Hay un poema (¿de Altolaguirre?) que dice "ya que no puedo ser libre / agrandaré mis prisiones". Ya es hora de que empiecen a empujar un poco la linde, a ver cómo reacciona el mayoral.

Cuelga lo que te mando en el blog, por si alguien lo encontrara edificante.

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